jueves, 5 de enero de 2012

Fotografiar gotas de lluvia junto a la Atalaya de Ferrer.

No resulta fácil, y en esta ocasión, con el sol de frente, pude aprovechar la enorme cantidad de luz para generar un contraluz en donde destacaban las gotas de lluvia como cristales relucientes. La combinación se hace a velocidades de obturación muy altas y por eso es posible parar las gotas de lluvia en el momento que se precipitan al suelo. Esto la teoría, luego la práctica implica estar "preparado" para salir en busca de estos fenómenos atmosféricos y colocarse en el lugar idóneo. La casualidad quiso que esta tarde, cuando me dirigía a Castril, tropezara con un chaparrón bastante intenso; continué la marcha hasta llegar al borde de la nube con la esperanza de encontrar algún motivo interesante para fotografiar. Después hay que conocer un poco el terreno para saber situarse en las mejores condiciones. Sencillo con algo suerte, pero como, más o menos, vino a decir Picasso: la inspiración tiene que pillarte cuando estés trabajando.

1 comentario:

Sofía dijo...

Increibles las gotas de lluvia, se me asemejan a cuando caen los copos de nieve, haber si tenemos suerte y los vemos pronto...