viernes, 25 de octubre de 2013

La ciclogénesis explosiva Gong, una bomba meteorológica. En medio de aquella fuerza incontenible.








Y como no podía ser de otra forma, me fui metiendo río arriba hasta llegar al cruce de Los Collados, justo debajo del Puerto de La Losa. Aquí el bramido del viento era estremecedor al rozar las cumbres de la sierra y las copas de los pinos, y de vez en cuando, cuando arreciaba un poco más, las ráfagas llegaban hasta donde estábamos algunos disfrutando de aquel alarde de la naturaleza. Me atreví a salir del coche y a recoger con la cámara el viento racheado sobre la nieve, y en el tiempo que estuve pude soportar dos ráfagas especialmente fuertes, casi huracanadas, que envolvían todo con la nieve levantada de las cumbres y de los campos cubiertos a nuestro alrededor. La temperatura en aquellos momentos era de -4º C, aunque en los momentos de máxima intensidad del viento, se notaba bastante cómo el frío se hacía casi insoportable y había que buscar un refugio a salvo de aquella fuerza invisible para que no me tirara al suelo -algo que sufrí al pisar una placa de hielo cubierta bajo la nieve-.
Gong, a pesar de nuestra latitud hizo honor a su nombre y resonó también por toda la península aquellos días; lástima que aquella tremenda violencia provocada por el fortísimo viento hiciera que este episodio durara poco, aunque sus efectos, al menos en la precipitación caída, tuvieron nuestras montañas cubiertas de blanco durante bastante tiempo. Pero esto os lo podré mostrar en las próximas entradas.

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