Todavía seguía conmocionado y sucedió lo que estaba esperando: pasaron de una alameda a otra todas las chovas que se habían juntado -también a disfrutar de la película?-. Hay un efecto curioso en este movimiento y por eso os he puesto estas dos imágenes tan parecidas -la serie de instantáneas es de diez imágenes-; y es que parece que las hojas de los árboles llegan por el aire y poco a poco van cayéndose al suelo.
Finalmente, todo el alarde y buen hacer puesto en acción por el "Jefe de Luminotecnia" fué felicitado con un vuelo sincrónico de las chovas para festejar el gran espectáculo.Y el final llegó, como en todo, con un espectador de excepción que cada vez que revive este momento visionando las imágenes captadas, se queda un buen rato ensimismado. Por cierto, también sé a quién tendré que agradecer algún día el haber podido ver este espectáculo, y desde hace algún tiempo creo que la tengo muy cerca.
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