martes, 27 de julio de 2010

Pávilos sobre el salitre y un aviso poco amistoso.

Algo preocupado por este aviso escrito por un anfitrión poco amistoso, eché un vistazo en el interior de esta cueva. Nada destacable salvo los pávilos, que aparecían en lo más profundo de los túneles excavados, y que destacaban al hallarse en una franja iluminada por el resplandor exterior que se colaba desde la entrada.

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