No podía haber sido de otra forma y cuando en estos días apretaba el calor, íbamos camino del mes de iniciar en unos días el mes de agosto, decidimos volver a nuestras andanzas por los Campos. En mitad de la comida se preparó la fiesta y, sin postre, tuvimos que resguardarnos mientras los rayos y truenos amenizaban el primer acto. Cómo llovía!
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