Los vuelos rasantes sobre el cerro de la avioneta fueron "pintando" con el líquido retardante los bordes del incendio para impedir que éste progresara y apagando los restos candentes que pudieran quedar.
Así quedaba pintada la zona incendiada. Curioso es que hace unos años se produjo otro incendio justo al lado y que aparece a la derecha con la vegetación completamente arrasada. La suerte en los dos incendios ha estado a favor pues las llamas no se propagaron hacia las zonas arboladas. Si hubiera ocurrido, el desastre podría haber sido mayúsculo, pues los pinares se extienden hacia la Sierra de La Sagra sin apenas obstáculos que le hubieran impedido avanzar.
Al día siguiente, en ruta con la bici de montaña subí hacia Las Santas, a la vuelta pude fotografiar cómo todavía un helicóptero refrescaba la zona y apagaba algunos focos que habían vuelto a activarse.
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