Una familia de estos ruidosos alados se ha instalado en un ciprés del jardín vecino. Este año la cosecha de granadas ha sido, además de abundante, de una calidad excelente: dulces como el almíbar, poca pepita,... Lo peor es que se han abierto tan rápido que desde el primer momento no hemos podido reservarnos algunas para consumirlas más adelante; y algo menos compartirlas con nuestros vecinos y amigos. Enfin que aunque había llegado con esta familia a un acuerdo verbal de compartir la fruta, no ha podido ser. Con todo el descaro del mundo han ido picoteando las suyas y las nuestras y al final se las han comido todas. Y el remate es que he tenido que retirar yo solo los cascos vacíos de la comilona.
Para el año que viene el trato se hará sin concesiones. Ya lo veréis...
2 comentarios:
¿No serán miembros camuflados del Gobierno o de los sindicatos?. Fíjate bien no vaya a ser que encima te empapelen por no haber declarado en Hacienda tu producción hortofrutícola. Estos..., hasta la camisa te la quitan.
Nomine vulgaris: "Pájaros de cuidado".
Este que lo es s.s.s.
El nombre vulgar va por los primeros o los segundos? Oye... que los de Hacienda son muy simpáticos, guapos, y aún más.
Saludos a su Ilma.
Jesús Claudio.
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