jueves, 6 de abril de 2006

REVENTÓN del RIO CASTRIL 2ª parte

Aspecto que presentaba el nacimiento del río Castril el sábado 25 de marzo de 2006. Las personas sobre la roca estaban a unos 12 metros por delante de la catarata que se ve en la fuente reventada. De regreso al Puente de Pino Hermoso, después de visitar la Cascada de la Magdalena, nos montamos denuevo en los coches y continuamos hasta los Cortijos del Nacimiento; fin del acceso para vehículos con aparcamiento. Desde aquí partimos hacia el nacimiento del río por una vereda perfectamente señalizada y que en buena parte de su recorrido se puede observar el cauce del río, además de unas increibles vistas de los macizos que nos rodean. El recorrido es asequible a todo tipo de personas y forma física, así que es normal encontrar bastante público. Si vamos a un paso tranquilo, con las fotos y las paraditas, en apenas 40 minutos podemos llegar a la fuente. No olvidar que estamos en un espacio protegido. Nosotros llevábamos todavía la idea de hacer un par de rutas más así que después de las fotos, el descanso y alguna que otra charla nos volvimos a los coches para continuar la marcha. En el camino de vuelta, y haciendo tiempo para comer, paramos para una cervecita en Los Cortijillos. Después seguimos nuestro descenso hasta encontrar un camino que sale por la derecha y que nos llevó hasta el Cortijo de Lézar. Antes de iniciar la nueva ruta vale la pena asomarse a los alrededores de la era, junto al primer cortijo, donde deberíamos aparcar los coches. El inicio de la breve caminata hay que hacerlo pausadamente; el desnivel no da para más. Pasamos por el cortijo habitado, con una pradera en perfectas condiciones y que uno quisiera para su jardín. Detrás de una loma de roca aparece el barranco y la entrada a la Garganta de Lézar. El tremendo tajo abre la puerta de entrada al Barranco del Buitre que, como un abanico, se abre una vez superado el estrecho. No es fácil llegar hasta ese punto por el fondo de la garganta pues ésta presenta algunos saltos que hay que superar. En las circunstancias de hoy, con un gran caudal en el cauce no podemos llegar ni al primer escalón. Tampoco la temperatura del agua anima a descalzarse salvo que sea pleno verano que es cuando el ascenso de toda la garganta hasta la cuerda se puede hacer sin la prevención de un remojón. Y digo hasta la cuerda porque este paso, de apenas cuatro metros, puede ser insuperable si no contamos con alguna ayuda técnica y experiencia para trepar. Aprovechando la bondad del día hemos comido en la misma boca de la garganta y después de un breve intento por superar algunos metros en su interior nos hemos tenido que volver. Eso sí: hasta la próxima!.

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