
Unos minutos antes de salir para el curro una rosa en el jardín llamó mi atención. Sobre sus pétalos reposaban los diamantes caidos durante la noche y reflejaban toda la intensidad y la pasión de una primavera renaciendo con la fuerza del volcán. Las últimas lluvias caidas alejan el fantasma de la sequía por un instante y tal vez aseguran una cosecha que todos ansiamos.
Esta mañana nos ponemos en marcha con una rosa roja ... en la memoria.
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