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Camino de Río Santo, un desvío a la derecha del camino de Serrabona, me he encontrado esta tarde con Ramón Solavera y sus dos mulas Cordera y Castaña. Probablemente sea el último arriero que queda en Huéscar. Nos hemos cruzado muchas tardes cuando él viene de las tierras y yo voy paseando y me ha parecido oportuno cederle un pequeño espacio para un auténtico resistente.
Mientrastanto el otoño, ya en las últimas, todavía nos regala con los matices de las vides en rojos y amarillos. Las diferentes variedades de uva también dan distintas tonalidades en la otoñada de sus hojas.
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