Pasamos la noche en el refugio del Postero Alto después de una excursión nocturna a la cabecera del barranco del Alhorí, bien regada y mucho mejor acompañada. En medio de la oscuridad que íbamos rompiendo con nuestras linternas, abundante ganado vacuno -con menudos cuernos-, con los que no tuvimos ningún problema salvo en el caso de habernos subido encima de algún ejemplar -dormitan en mitad de la vereda-. Paso por borreguiles de agua helada en una noche sin luna que facilitó aún más la contemplación de una excelsa Vía Lactea y de todo un universo tililando al alcance de nuestra vista. El amanecer después de dormir "algo" nos mostró el aire espeso y polvoriento de la calima e iluminó nuestro paseo noctuno para recoger la instantánea granate con el verdor de las praderas que se forman en las surgencias del agua. Mucha información en el camino invitando a nuevos desafios que poco a poco iremos cumpliendo. 
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