
Algunas aldabas -o llamadores- que se conservan en las puertas de muchas casas construídas en tiempos pasados son auténticas obras de arte. Por eso es fácil que muchas de ellas "hayan desaparecido" de su lugar. Hace algunos años pude hacer una colección fotográfica de ellas con las que monté una exposición. Tal vez debiera repetirla. Son pocos los propietarios "valientes" que las mantienen en las puertas exteriores o en las de los zagüanes para que todos podamos disfrutarlas, y de paso -¿?- cumplir con su cometido.
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