viernes, 23 de octubre de 2009

Laguna y Manantial de Parpacén. Huéscar. Granada.

Las ráfagas de viento que soplaban en este paraje me hizo parar el coche. Comencé a fotografiar los detalles del viento que unido a un fortísimo bramido movía a su antojo las copas de la arboleda y amenazando por momentos con arrancar de cuajo cada uno de los sauces y chopos que crecen junto al Manantial de Parpacén. Incluso la superficie de la lagunilla aparecía rizada con un ligero oleaje. Lo más dramático con diferencia era que toda la chopera se doblaba hasta límites que ponía los pelos de punta. Ví tantas veces que el viento lo arrasaba todo que en ningún momento me acerqué más de 15 ó 20 metros por miedo a que se me viniera encima algún tronco o ramas de las que el viento movía como si fueran plumas.

No hay comentarios: