A las once de la mañana me encontraba en el embalse esperando a que un hueco en la tormenta me dejara entrar a ver el fuerte Reventón en la Fuente Alta, que a tenor de la cantidad de lluvia caída supuse importante. Mi primera sorpresa fue observar cómo por el río Guardal una lengua blanquecina, por la gran cantidad de barro disuelto, se marcaba, como puede verse, en la superficie del agua embalsada. Estaba claro que el acontecimiento ya se estaba produciendo con esta primera señal. Llovía a mares así que meterse en el camino de la Piscifactoría podría ser complicado y al final me decidí por acercarme por lo menos hasta el cruce por el que se accede a la Fuente Alta y esperar acontecimientos. Esperé un rato bajo una abundante lluvia incesante.
Al poco unos operarios que venía de comprobar los aforos en el río Guardal me confirman el tremendo caudal que baja y me indican que el río Raigadas o Seco aporta también un enorme caudal pues se ha desbordado en algunos puntos. Al valorar la imposibilidad de acceder a la Fuente Alta decidí irme a ver el río Seco.
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