lunes, 16 de abril de 2012

Luna en cuarto creciente.


Si te apetece, LOREENA MACKENNITT, the book of secrets, suena de fondo cuando escribo este comentario..., y la lluvia repiquetea en el cristal. Espero.
El inicio de un nuevo ciclo lunar aparece en nuestros cielos con una línea apenas perceptible en el horizonte, orientados hacia el suroeste; y en no pocas ocasiones, cuando casi he finalizado la espera o simplemente la tarde se me ha alargado y me ha pillado con la cámara todavía montada, puedo ver como asoma en la noche que se desespereza al mirar a través del teleobjetivo. Casi de sorpresa, apareció esta vez al recorrer el horizonte a través del visor de la cámara, un segundo antes de guardar el equipo. Es en este momento cuando la finísima línea iluminada por el sol, es tan tenue que permite ver todo el contorno de nuestro satélite. Una y otra vez no dejará de asombrarme el reencuentro con ella, la insalvable distancia que nos separa y que he recorrido instantáneamente con el pensamiento, y su movimiento durante todo su periplo por el cielo, ya sea en la noche o en los días de un cielo azul profundísimo, cuando la atmósfera transparenta hasta el infinito y puede verse hasta el mismo aire que se interpone entre los dos.

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