Como si fueran olas en un mar embravecido se movía la niebla sobre el altiplano en Huéscar. Y en el ir y venir de ese movimiento. De arriba abajo: la Sierra de la Encantada; una antena de telefonía aparece entre la niebla; olivares del Chaparral se descubren entre la niebla; parcelas de Río Santo; y esta última de la niebla rompiendo sobre las laderas de la Sierra Bermeja.
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