

Foto izquierda: Accesos al Pinar de Araceli. Foto derecha: Cabañas desde el "cruce".
La excursión prevista estuvo a punto de aplazarse por culpa del tiempo. Estábamos enmedio de una temporal de lluvia y nieve en cotas no demasiado altas y eso hacía preveer que nos resultaría imposible acceder a la cara norte de la Sierra de Guillimona: teníamos que cruzar la sierra por uno de los dos puertos en los que en esta época del año es más fácil encontrar nieve, osea por el Puerto del Pinar, o por el de La Losa.. Lo hicimos por este último y con gran sorpresa por nuestra parte la carretera aparecía completamente libre de nieve; aunque, eso si, fuera de ella lucía un hermoso manto blanco. Al pasar a la cara norte la cantidad de nieve caída era la misma.Tomamos el desvío a la derecha que nos llevaba hacia el Puerto del Pinar y Puebla de D. Fadrique y seguimos durante un corto trayecto hasta que dejamos los vehículos junto al "futuro" alojamiento del Pinar de la Vidriera. A partir de aquí comenzó la verdadera excursión. Al principio los pinos aparecían con algo de nieve sobre las copas, mas bien escasa Pero esto cambió en cuanto tomamos la carretera -desvío a la derecha-,que nos introducía en el pinar. La fuerte pendiente de los primeros metros nos situó dentro de la cota de la nevada caída durante la noche y enseguida aparecieron los pinos completamente blancos. La cuesta se hace dura, dependiendo del ritmo que se lleve, por supuesto, pero para mi que llevaba un principio de invierno algo flojo, me costó bastante coger sitio y a pesar del frío andaba "tibio" y me corría el sudor por la espalda. A esto había que añadir el que no paraba de recoger con mi cámara cada rincón y cada detalle de la nieve. Todo a nuestro alrededor aparecía cubierto por una capa de nieve más que considerable.Cuando por fin se terminó la cuesta, antes de asomarnos al edificio donde se ha instalado la recepción del alojamiento "Pinar de Araceli" y que sirve también de bar-restaurante, apareció la niebla sobre las copas de los pinos más altos. Se hizo una breve parada en el bar para reconfortar el cuerpo mientras otros, como Salva y yo, preferimos explorar un poco y hacer algunas fotos más del conjunto de cabañas de madera. La niebla se mantenía sobre las cumbres de los cerros más próximos e impedía la visión de la ladera norte de Guillimona. De vez en cuando el viento removía algún girón de niebla y entraba el sol con algo más de intensidad pero enseguida se cerraba denuevo
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