Las imágenes con el verde intenso que se refleja por todas partes invita a salir en busca de nuevos encuadres. La luz increiblemente limpia es magnífica para recoger una vez más una toma de las "mariantonias" -nombre como se conoce en la comarca a las secuoyas plantadas aquí hace casi doscientos años-, aunque con una ligera variación respecto a la de otro día. Estos ejemplares pertenecen todos a la especie sequoiadendrum giganteum -pueden superar los cien metros de altura-. Se agradece un paseo junto a las riberas del río Raigadas y contemplar en el telón de fondo las paredes de la cara norte de La Sagra. ↓

↑ Después, cuando la sombra de la tarde cubre las partes bajas del valle, me subo hasta lo más alto del puerto de La Losa, dejo el coche en el primer ensanche y me dedico a recorrer los puntales rocosos en busca de alguna foto interesante. Y más pronto que tarde aparece: la
globularia spinosa, planta que no es muy abundante. Es un
endemismo de las Sierras Béticas, tóxica, de porte tapizante sobre roquedos calizos situados en áreas de alta montaña -aquí estamos a 1.850 metros-. Estamos en su época de floración que se extiende incluso hasta el mes de junio. Las flores azuladas destacan del resto de la planta gracias a un largo pedúnculo.
Pero todavía me esperan más sorpresas.
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