

Sin apenas cambios en el área de bajas presiones sobre nosotros las tormentas se suceden día tras día. Es un mes de junio que ya ha dejado su impronta con los numerosos días en que el cielo se cubre de nubes y los intensos aguceros han ido cayendo, algunas veces acompañados de otros meteoros no tan deseados.
La tormenta que tocaba para hoy trajo, cada una es muy suya de traer lo que quiera, abundante aparato eléctrico, además de unos preparativos, como puede verse en las fotos, que más de una película quisieran para sus efectos especiales. Todo se desarrolló durante la tarde, y a pesar de ello se pudieron observar los rayos que de nube a nube y de ésta a tierra fueron cayendo durante un buen rato. Al ser durante el día no se llega a apreciar el color de los mismos pero uno en especial me dejó paralizado durante unos segundos. Ocurrió que estaba tomando una foto cuando ya se había desatado el intenso aguacero, acompañado en todo momento con el retumbar de los truenos. De pronto el resplandor intensísimo de un color rojo me deslumbró e inmediatamente un crujido inmenso resonó con una fuerza tremenda. Creí por un momento que me había caído encima la casa entera. Fue sobrecogedor. Después todavía vinieron algunos truenos más, igualmente con gran estruendo, pero el relámpago que pude apreciar no volvió a repetirse. Espeluznante pero a la vez ...
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