domingo, 28 de abril de 2013

Los nidos de somormujo (Podiceps cristatus) en el embalse de San Clemente y el Palomar.










Ya que había llegado hasta aquí aproveché la ocasión para realizar un pequeño reportaje de los nidos que parece pudieron ser de somormujos. Es curioso observar que en uno de los cipreses en donde en su día estaba el cementerio de San Clemente y junto a la Iglesia Parroquial, hoy derruidos, se puede observar como los "apartamentos para aves" están a diferentes niveles, a modo de un bloque de pisos -la modernidad también ha llegado también aquí-. Ver sobre esta colina el agua embalsada parece increíble que el agua haya llegado aquí. Yo desde luego doy fe de ello, y basta con ir estos días por allí y ver cómo el agua está cubriendo todavía más estos árboles. 
También recogí imágenes del Palomar que hasta la última inundación todavía tenía parte del tejado y que ya se ha hundido. Es probable que en la próxima vez que agua le sobrepase, alguna de las paredes pueda caerse y desaparezca para siempre una construcción bastante curiosa. Por qué os digo esto. Pues porque aunque lo conocemos con el nombre del Palomar, parece que con los sillares y el tipo de construcción empleado, bien pudo ser una ermita o un edificio con más prestancia que la sola cría de palomas. No obstante sea lo que fuere, es el único testimonio que queda del antiguo pueblo de San Clemente. Bueno este y el antiguo depósito del agua potable del pueblo. Será para otra ocasión.



Ruta en BTT por el embalse de San Clemente. Huéscar.







jueves, 25 de abril de 2013

El río Guardal, inundado.





Embalse de San Clemente, este verano.





Con los riegos del verano, el embalse de San Clemente reduce su amplitud al hacerlo ostensiblemente la superficie inundada. Con ello aparecen los restos derruidos del antiguo pueblo de San Clemente y algunos objetos de aquellas casas que se asomaban al paso del río bajo sus paredes. Esta lámpara que encontré tal y como la vemos, colgada de una rama seca, me serviría para este encuadre tan evocador. Cuántos sueños se perdieron en el tiempo al tener que abandonar sus casas todas las personas que tenían en este enclave su paraíso particular. Tuve la suerte de conocer durante unos meses este lugar, entonces ya tan poco prometedor, pero con todo aquello que lo hacía tan precioso para vivir. Hoy cuando me acerco a las ruinas que aparecen bajo el agua, me entristece el verlo tan desangelado y casi recuerdo cuando el último verano acompañaba a unos niños a bañarse aguas arriba del río Seco. Hace poco revisé todas esas imágenes por enésima vez -en el veinticinco aniversario me pareció una buena idea mostrar aquellas fotos-, y me entró una nostalgia tal que hasta me dolió. Hace apenas unos días me encontré con la Sra. Julia, del cortijo de la Escucha, y le pregunté por lo que le parecía tanta agua como la que ahora mismo llena el embalse, y en su mirada vi también aquella nostalgia por el recuerdo de los buenos años. El agua para la vida perdió aquí completamente su significado.

miércoles, 24 de abril de 2013

Río Barbatas... en pleno estiaje.







El orden de las fotos está tal y como lo pudimos ver durante este verano. El río aparecía seco hasta más arriba del paraje conocido como la Piedra del Letrero y cerca del Pino Merendero. Después poco a poco el agua corría muy escasa, lo justa para que la ribera apareciera con multitud de plantas que en estas fechas, bajo el dosel de los árboles, se protegían del calor del sol inclemente.

martes, 23 de abril de 2013

Ruta en BTT a Las Santas y Cañada de Cazadores.


 Hacer esta ruta y no encontrarse con alguna de las juguetonas ardillas que viven en los pinos y cipreses que crecen junto a los primeros kilómetros de esta ruta, será harto difícil. Otra cosa es que a pesar de su docilidad aparente, se dejen retratar, o al menos acercarse lo bastante para que se le pueda hacer un buen retrato. Yo insisto una y otra vez, aunque sobretodo cuando voy en bici, como en esta ocasión, es cuando me ha resultado menos difícil conseguir hacerles una foto. De todas formas es uno de los múltiples momentos que podremos disfrutar en este trazado. Y seguro que encontraréis compañía para no subir solos.