domingo, 27 de abril de 2014

Tormenta en el Parque Natural de Cazorla; ...y nosotros llegando por los Llanos de Hernán Pelea.

Menuda tarde. Salíamos de casa después de un "tormentón de cuidado", que retrasó nuestra salida por el aparato eléctrico y el granizo que casi nos deja en tierra. Aun así, después de los preparativos de todo un año, no se lo íbamos a poner fácil y tendría que haber una inundación que impidiera nuestra partida. Casi, casi llegábamos, anocheciendo, acompañados de un ligero chaparrón durante el trayecto y que por los Llanos de Hernán Pelea se retiraba con las última luces de la tarde. No os digo nada extraño, y los que conozcan este territorio lo comprenden, pero no me hace gracia estar por aquí con una tormenta al acecho. Y ahora que hago memoria, casi puedo contar con tormentas las visitas a este lugar; y vivo para contarlas, aunque con respeto, pues no es "tan divertido" ver caer las chispas eléctricas sobre las peñas de al lado cuando los truenos retumban y parecen estar picando la sierra a fuerza de estrellar un rayo tras otro. Pudimos ver algún relámpago en la lejanía, por esta vez, y respirar el ozono que llevan tras sí las tormentas, y como no, también nos abrigamos cuando salíamos fuera a recoger con la cámara los paisajes que nos brindaba la tarde mientras llegábamos a nuestro campamento, al que llegamos con la penúltima luz. Después de la cena, con la noche cerrada, dejé la cámara al abrigo y me puse los guantes y el polar..., en julio.

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